Resumen: Los trastornos mentales son definidos, según el DSM V (2014), como un síndrome caracterizado por una alteración clínicamente significativa del estado cognitivo, la regulación emocional o el comportamiento de un individuo, que refleja una disfunción de los procesos psicológicos, biológicos o del desarrollo que subyacen en su función mental. En Colombia, estos trastornos afectan especialmente a niños, adolescentes y adultos jóvenes, situación que empeora en gran medida el pronóstico, la productividad académica y económica de la población y, en últimas, el capital global, que incluye los factores personales, simbólicos, culturales y relacionales (Posada, 2013).

Palabras claves: Trastorno mental, Esquizofrenia, alteración mental.

Los trastornos mentales se producen a raíz de una alteración que repercute sobre los procedimientos afectivos y cognitivos del desarrollo, y en la persona que lo padece, se traducen en dificultades para razonar, alteraciones en su comportamiento, impedimentos para comprender su realidad y para adaptarse a diversas situaciones (Carrasco, et al 2015). Sconto sugli integratori pre-allenamento per il bodybuilding somministrazione masteron nick domenicali ha pubblicato il registro degli ascensori su misura e il tracker degli esercizi per il bodybuilding e l’allenamento con i pesi, una sola parola, jelly flap. tutte le app di nick domenicali su metricscat. Es una alteración que presenta la persona a nivel emocional, cognitiva y del comportamiento, afectando procesos psicológicos básicos como lo son, la emoción, la motivación, la cognición, la conciencia, la conducta, la percepción, la sensación, el aprendizaje y el lenguaje, el cual afecta significativamente la adaptación al entorno cultural y social en el que vive la persona, creando de esta manera un malestar subjetivo (Feafes, 2008). Las causas por las cuales se desarrollan o se dan los trastornos mentales son debido a factores biológicos (ya sean de orden genético, neurológico u otros), ambientales o psicológicos (Carrasco, et al, 2015).

De acuerdo con lo anterior, la esquizofrenia se define, en el DSM-V (2014), como un trastorno psicótico donde el paciente presenta al menos dos de los siguientes síntomas: ideas delirantes, lenguaje desorganizado, alucinaciones, síntomas negativos y catatonia u otro comportamiento anormal (Morrison, 2015).

Se clasifica como un trastorno mental crónico caracterizado por sintomatología específica y varios cambios multidimensionales (Marques et al., 2006).  Generalmente, esta patología inicia en la adolescencia provocando al individuo un importante deterioro funcional (Accatino, 2012). Por consiguiente, la esquizofrenia lleva a la persona a lidiar tanto con la sintomatología psicótica, como con las incapacidades y desventajas que le acarrea el deterioro cognitivo en el funcionamiento psicosocial y en la calidad de vida (Valencia et al., 2014).

En esta medida, la esquizofrenia es una enfermedad psiquiátrica grave y crónica que afecta significativamente la funcionalidad y calidad de vida del individuo. Se caracteriza por síntomas positivos (alucinaciones, delirio, síntomas catatónicos y discurso desorganizado), negativos (aplanamiento afectivo y anhedonia) y disfunciones cognitivas como alteración de atención, memoria y funciones ejecutivas (Orellana, et al, 2017). Es un trastorno, que se inicia en la adolescencia, caracterizado por la pérdida de la adecuación a la realidad, el aislamiento social, las convicciones delirantes y una conducta a menudo extravagante.

La sintomatología esquizofrénica es múltiple, tanto en la forma como en los aspectos cronológicos y es difícil delimitar márgenes claros. En este sentido, cada enfermo, con su particular universo, define y manifiesta un discurso sintomático diferente. Las alucinaciones presentes aquí son definidas como voces de razón y de locura, dependiendo del contexto histórico y de la experiencia vivida. Las voces de locura o insanas, que forman parte de los «síntomas de primer rango de la esquizofrenia» por los que se diagnostica la esquizofrenia, sin dejar de ser experiencias «enajenadas», no carecen de sentido y función para el propio sujeto. Las voces son un problema («síntoma») y a la vez un intento de solución de un problema, como experiencias traumáticas, soledad, desorientación (Romme, et al, 2009). El delirio, viene a ser un «error necesario» que el sujeto necesita para vivir, dadas las circunstancias. «El delirio mantiene al delirante, le hace vivir, es su razón de vida». No se trata de un «error» cognitivo, sino de un modo de «estar (no estar) en la realidad» (Castilla, Citado por Pérez, M, 2012).

De acuerdo con esto, las personas con esquizofrenia, experimentan con frecuencia problemas para distinguir lo que es real y lo que no es real y, como resultado, su comportamiento social a menudo es percibido por otros como inadecuado. En algunos casos, puede convertirse en violento. Muchos pacientes con esquizofrenia informan que escuchan voces (alucinaciones auditivas) tienden a expresar falsas creencias y lo que dicen verbalmente es, en el mayor de los casos, confuso. Las personas con esquizofrenia tienden a reducir emocional expresión y compromiso social; ellos parecen carecer de motivación para las actividades de la vida diaria (por ejemplo, higiene personal) (American Psychiatric Association, 2013). 

En definitiva, La falta de conciencia de enfermedad es un síntoma más, que, obviamente comporta dificultades muy importantes en la persona y en el contexto familiar; por esta razón es muy importante que las personas que padecen de esquizofrenia reciban el tratamiento adecuado tanto de parte de psicología, psiquiatría y otras áreas que permitan la reducción de la sintomatología y la reinserción nuevamente a la vida social y a las relaciones presentes en la misma, que le permitan tener una buena calidad de vida y un bienestar en cuanto a su salud mental. 

 Referencias: 

  • American Psychiatric Association (2014), Guía de consulta de los criterios diagnósticos del DSM-5. Washington, DC London, England.
  • Accatino, L (2012) Language disorders in Schizophrenia.  Revista Memoriza.com; 9: 1-8. Departamento de Psiquiatría, Facultad de Medicina, Pontificia Universidad Católica de Chile.
  • Carrasco et al (2015). Comisión de trabajo del cuaderno de Voluntariado en Salud Mental: Fundación Juan Ciudad. Herreros de Tejada. Madrid
  • DSM V (2014) nueva clasificación de los trastornos mentales. Revista Chilena de Neuropsiquiatría. Vol. 52, N 1.  ISSN 0034 – 7388
  • Feafes (2008) Salud mental y medios de comunicación. Confederación Española de Agrupaciones de Familiares y Personas con Enfermedad Mental. https://consaludmental.org/publicaciones/guiadeestilosegundaedicion.pdf
  • Morrison, J. (2015). DSM-05 Guía para el diagnóstico clínico. México D. F, México: Editorial Manual Moderno.
  • Orellana, et al (2017). Esquizofrenia y su asociación con enfermedades médicas crónicas. Revista Médica de Chile; 145: 1047 -1053.
  • Pérez, M (2012) Esquizofrenia y cultura moderna: razones de la locura. Universidad de Oviedo. Psicothema Vol. 24, nº 1, pp. 1-9.
  • Posada, J (2013) La salud mental en Colombia. Revista Scielo, editorial Biomédica vol.33 N. 4.
  • Romme, M., et al, (2009). Living with voices. 50 stories of recovery. Ross-On-Wye, UK: PCCS Books.
  • Valencia, M., Caraveo, J., Colin, R., Verduzco, W., & Corona, F. (2014). Remisión sintomática y recuperación funcional en pacientes que padecen esquizofrenia. Salud Mental, 37(1), 59–74. Retrieved from http://search.ebscohost.com/login.aspx?

 

 

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