En la actualidad, podemos encontrar referencias al alcohol en el cine, en la radio, en la música, las noticias, las tiendas, cafeterías, discotecas… en casi todas partes, y es un tema del que hablamos con naturalidad casi sin darnos cuenta.
Desde una cerveza con los amigos, o un vino en la cena, el brindis con champán, o unos tragos para poder bailar en la discoteca… el alcohol forma parte de nuestra sociedad, pero no por ello es una sustancia inofensiva.
Las bebidas alcohólicas son aquellas que tienen como base el etanol, mejor conocido como alcohol etílico, obtenido mediante fermentación de azúcares como resultado de la acción de levaduras sobre ellas.
El alcohol es una sustancia psicoactiva, esto significa que afecta nuestro sistema nervioso, alterando el estado de ánimo, reduciendo la sensibilidad al dolor y deformando la percepción de la realidad.
Al ingresar en nuestro organismo, el etanol pasa al hígado donde debe descomponerse en partículas más pequeñas que puedan procesarse, sin embargo, este proceso consume recursos como el agua del cuerpo, por ello, uno de los síntomas de la intoxicación incluye deshidratación.
Una vez que el etanol está en el torrente sanguíneo, viajará por todo el cuerpo, incrementando la actividad del neurotransmisor GABA, que en situaciones normales, funciona como un regulador de la conducta, pero su exceso produce bradicinesia, bradipsiquia y bradilalia, esto quiere decir que nos movemos, pensamos y hablamos, más lento o con falta de precisión.
Por otra parte, el etanol, promueve un aumento en el nivel de serotonina, esto hace que durante el consumo la persona sienta felicidad, incluso euforia o valor para hacer cosas que no haría en otras circunstancias.
Obviamente el efecto varía según la persona, es por ello que en la misma fiesta se puede ver al que se pone contento, el que quiere pelea, el que se queda dormido, o el que se deprime.
Al consumir etanol en grandes cantidades se desactiva el neurotransmisor NMDA y esto produce los vacíos en la memoria, desorientación y desorganización del pensamiento, es aquí cuando haces cosas que luego no puedes recordar.
Muchos de ustedes que ven este video, probablemente sean consumidores activos de alcohol, y saben que la memoria es una de las facultades que se ve más afectada tanto durante su uso, como con el paso del tiempo.
Sin embargo, diversos estudios han demostrado una relación entre el consumo crónico de alcohol a largo plazo con el deterioro de varias funciones cognitivas, por ejemplo el estudio de Topiwala et al. (2017), que describe como el consumo prolongado de de alcohol se asocia con una menor densidad de la materia gris, atrofia del hipocampo y el deterioro de la de la sustancia blanca.
Así mismo, se ha comparado el rendimiento de pacientes alcohólicos en abstinencia prolongada en comparación con sujetos no consumidores, como resultado se encontró que los pacientes consumidores de alcohol presentaron desempeños inferiores en razonamiento abstracto, velocidad de procesamiento, atención sostenida, memoria de trabajo y memoria a largo plazo (verbal y visuoespacial), flexibilidad cognitiva, inhibición y planificación (Romero-Martínez, Vitoria-Estruch, & Moya-Albiol, 2018).
Se estima que el 15 % de los pacientes con alcoholismo crónico desarrollan síndrome de Korsakoff causado principalmente por la insuficiencia grave de tiamina (vitamina B1) y su recuperación completa únicamente es posible en un 20% de los casos (González López et al., 2017).
Los enfermos de Korsakoff sufren amnesia anterógrada para recuerdos explícitos (no implícitos o procedimentales).
En las primeras fases, las lagunas pueden ser rellenadas y pasar inadvertidas incluso para quienes la padecen. A medida que avanza la enfermedad, también se produce amnesia retrógrada, que en casos graves puede abarcar incluso extensos episodios de la vida del paciente.
Los pacientes suelen confabular, es decir, imaginar circunstancias de su vida por las que nunca pasaron y que las viven como ciertas (González López et al., 2017).
Oliver Sacks en su cuento “El marinero perdido” narra la historia de un hombre con síndrome de Korsakoff, quien se había quedado estancado en el tiempo pasado, sin la posibilidad de adquirir nuevos recuerdos y con la progresiva pérdida de los ya adquiridos.
Como un bote a mitad del océano, sin memoria no sabes de dónde vienes o para dónde vas, la memoria es lo que constituye toda nuestra vida. Una vida sin memoria no sería vida, sin ella, somos nada.
Helbert Arturo Ortíz
Neuropsicólogo
Referencias
González López, I., Sierra Benítez, E. M., León Pérez, M. Q., Figueroa García, E. M., Aguilera Hernández, A., & Olivera Manzano, L. U. (2017). Psicosis de Korsakoff, a propósito de un caso interesante. Revista Médica Electrónica, 39, 772-780.
Romero-Martínez, Á., Vitoria-Estruch, S., & Moya-Albiol, L. (2018). Perfil cognitivo de los alcohólicos abstinentes durante un periodo de tiempo prolongado en comparación con un grupo de hombres que no consumen alcohol. Adicciones.
Topiwala, A., Allan, C. L., Valkanova, V., Zsoldos, E., Filippini, N., Sexton, C., … Mackay, C. E. (2017). Moderate alcohol consumption as risk factor for adverse brain outcomes and cognitive decline: Longitudinal cohort study. bmj, 357, j2353.
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