Los artículos realizados anteriormente se han centrado en describir las consecuencias directas del consumo de sustancias psicoactivas a partir de la evaluación neuropsicológica, sin embargo, son muchas las preguntas alrededor de esta disciplina y cómo puede aportar en el campo clínico, no solo en el tratamiento de rehabilitación por antecedente de consumo sino en múltiples escenarios. El presente artículo intentará ubicar al lector en el qué hacer del neuropsicólogo y desde qué bases teóricas se ubica para dar su aporte. 

La neuropsicología, (NP) de aquí en adelante, se enmarca dentro del campo de las neurociencias lo cual quiere decir que se nutre de otras perspectivas como “la física, la química, la biología, la neurología, la genética, la informática y la psiquiatría. Todas estas aproximaciones, dentro de una nueva concepción de la mente humana, son necesarias para comprender los procesos mentales, particularmente los más complejos como la inteligencia, la conciencia, la personalidad o las emociones”. (Tirapu, 2011, p.11) Una vez quedan claros los aportes recibidos desde otras ciencias debe enmarcarse el rol del neuropsicólogo, aunque este profesional tendrá interés continuo en conocer las bases neurobiológicas de la conducta humana de manera detalla no podrá olvidar que tiene como base de formación la psicología, por tanto abordará problemáticas de salud mental. 

La NP resulta una disciplina de gran apoyo en el diagnóstico, tratamiento y seguimiento de los trastornos mentales y de la conducta ya que entiende que “todo proceso mental es debido a la actividad cerebral y que toda actividad cerebral produce procesos mentales”, por tanto el profesional en esta especialidad podrá explicar los fenómenos tomando en cuenta factores [biopsicoafectivos] y de qué manera el cerebro en su actividad contribuye a estos. Desde el ámbito clínico el profesional en NP es vital para dar explicación a los acontecimientos dentro de la consulta individual o la consulta por hospitalización y que no pueden ser explicados sólo desde el área médica o psicológica requiriendo una integración de saberes para “identificar, describir y cuantificar los déficit cognitivos y las alteraciones conductuales y emocionales que se producen como consecuencia de lesiones y disfunciones del cerebro, así como (…) evaluar el impacto del daño cerebral en los contextos social, laboral, familiar y personal”, esto aplica para niños, adolescentes y adultos en cualquier situación, algunas de las problemáticas encierran: trastornos del desarrollo, trastornos de la conducta, trastornos mentales y patologías psiquiátricas. 

En este orden de ideas, la NP no solo identificará lo que sucede con un individuo tomando en cuenta los síntomas referidos sino que explicará por qué sucede aquello, así mismo detallará muy bien los hallazgos en términos de debilidades pero también fortalezas de las cuales puede nutrir el proceso de recuperación como forma de compensación, por ejemplo: en una evaluación neuropsicológica se encuentra que un adolescente presenta fallas importantes en memoria audio-verbal y eso explica el bajo desempeño académico, pero también se evidencia un alto funcionamiento en tareas que involucran memoria visual. El especialista observará los hallazgos en perspectiva y organizará un plan curricular que tenga en cuenta las deficiencias, pero sobre todo las fortalezas de aquel paciente para favorecer su proceso de aprendizaje. 

neuropsicología en el campo clinico

Angie Cifuentes

Neuropsicóloga

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